The court’s decision yesterday to open a criminal trial against Paola Ugaz flouts international and regional human rights standards restricting the use of criminal defamation charges. Moreover, monitors were not permitted to observe the proceedings, ostensibly because the proceedings were initiated by a private party. This only exacerbates the risk, identified by the UN Human Rights Committee, that the defendant’s right to freedom of expression will not be appropriately “protected from [the] acts [of] private persons.”
La decisión del tribunal ayer para iniciar acción penal contra la Sra. Paola Ugaz se burla de las normas de derechos humanos internacionales y regionales que limitan el uso de los cargos de difamación criminal. Además, los monitores no fueron permitidos observar los procesos, aparentemente porque los procesos fueron iniciados por una entidad privada. Esto sólo exacerba el riesgo, identificado por el Comité de Derechos Humanos, que el derecho de libertad de expresión del acusado no “estén protegidas de los actos de particulares o de entidades privadas” adecuadamente.